En un mundo en el que todo tiene
un precio, aprende a disfrutar de los detalles -gratuitos- que pasan desapercibidos. Párate a ver.
Palma
es una ciudad rica en curiosas ‘cosas’ que ver. Se trata de pararse en el lugar
oportuno, alzar la vista y contemplar algo especial. Esto sucede con:
El
hombre que quería volar (Passeig Mallorca – C. Cataluña)
La
habitación de las tres lunas (C. Arxiduc Lluís Salvador)
Los
querubines inesperados (La Rambla)
La tubería
interruptus (Plaça Major)
La casa al
revés (Plaça de la Porta de Santa Catalina)
¿Material para hacer tus paseos
especiales?... Palma lo tiene.