Hay un punto en la
calle Sant Miquel, justo a la altura de la iglesia, donde se oye la
electricidad. Se oye el alarido quejoso de la electricidad. Siempre
me paro y escucho ese rechistar, a ver qué dice hoy, tal vez
proteste por el abuso de cableado en el mismo punto o por cómo nos propasamos con ella en general.
Cuando pases
por Sant Miquel, no la ignores, escúchala. Pero no te quedes ahí
parado mucho rato... podría petar en cualquier momento.