01 septiembre 2013

¡El hombre que quería volar!

 
        Me resulta imposible caminar por la zona y no alzar la vista para contemplarlo. Siempre lo he llamado erróneamente "El Suicida" y me temo que no soy la única...

        Jaume Mir Ramis, escultor mallorquín, lo construyó en la terraza de su propia casa, según he podido escuchar, para referirse al hombre que alza los brazos anhelando volar pero la ley de la gravedad frustra sus intenciones.
 
       Esta majestuosa escultura, que se erige en el ático de la intersección de la Calle Catalunya y el Paseo Mallorca, forma ya parte de la historia de la ciudad de Palma y no concibo una Palma sin ella. Me maravilla por sus dimensiones, por su perfección estética, pero también por lo que representa. El hombre que quería volar es un soñador, es el gran soñador de Palma. ¡Que no sea el último!

        Bienvenidos a Palma lo tiene. Sigamos intentando volar.