Cuenta la leyenda que, hace muchas muchas lunas, llegó en un navío
desde tierras muy lejanas un pequeño reptil. Encontró refugio en las alcantarillas
entre la Catedral y la Portella y, con nocturnidad y alevosía, salía famélico en
busca de alimento...
Los palmesanos, que jamás habían visto un cocodrilo, lo consideraron un terrorífico monstruo de piel escamosa, larga cola y enormes dientes, una amenaza sobre todo para los niños que se quedaban hasta que oscurecía jugando en la calle. Desde que empezó a circular el rumor de que se había comido a algunos niños y mascotas, el pánico se apoderó de los vecinos de la zona.
Nadie
tenía el valor de enfrentarse al dragón hasta que apareció un héroe. El
valeroso Bartomeu Coc, gobernador militar de Alcudia, que llegaba a lomos de su
caballo para rondar a su princesa.
Ella, bebiendo los vientos por él, esperaba su llegada desde el balcón. Una
noche, llegando a su encuentro, se topó con la cruenta fiera y no titubeó. Comenzó una
encarnizada lucha cuyo desenlace fue la muerte del animal atravesado por la
espada de Coc. Éste, entregó el cuerpo sin vida del dragón a su amada que,
orgullosa, no había quitado ojo a la batalla.
Fue así como Coc liberó a su damisela y a todos
los vecinos de la zona de la presencia del monstruo, que desde entonces se
conocería como el Drac de na Coca.
El cocodrilo fue embalsamado y hoy puede verse en el Museo Diocesano, donde fue donado.
Además una escultura en una esquina de la fachada del
edificio vecino al museo también recuerda la leyenda.
¿Leyendas para contar en noches de Halloween (o cuando sea)? ¡Palma las tiene!
Fuentes:
'Palma, ciutat de llegenda', Gaspar Valero i Martí, 1995
'Itineraris pel centre històric de Palma', Gaspar Valero i Martí, 2005
'Illes de llegenda' - capítol 7, IB3 tv, 2011